El burnout no es una rareza. De hecho, la experta en bienestar en el lugar de trabajo Jennifer Moss califica este ciclo de estrés crónico como una “epidemia”. Se trata de un estado de agotamiento mental y físico extremo causado por el estrés laboral excesivo.
Y si bien en cualquier etapa de la vida puede manifestarse esta enfermedad, resulta que son los trabajadores más jóvenes quienes tienen la peor colección de factores estresantes entre la fuerza laboral del presente: el aumento de la inflación, no sentirse financieramente seguros, tener los salarios más bajos respecto a otros grupos generacionales, el pluriempleo e, incluso, el tiempo de pantalla constante que les impide desconectarse.
También es cierto que todas las generaciones pueden mostrarse agotadas, pero son los centennials quienes tienen el menor “capital en el lugar de trabajo”, lo que significa menos poder para establecer límites y negarse a las tareas, según explica a la BBC Kim Hollingdale, profesora de psicología en la Universidad Pepperdine de California y psicoterapeuta especializada en la recuperación del agotamiento, en una entrevista realizada en mayo de este año.
Burnout: oficialmente una “enfermedad” desde el año 2022
La primera vez que este fenómeno apareció en los libros fue en la década de los 70, cuando fue descrito por el psiquiatra Herbert Freudenberger en su texto ‘Burnout: The High Cost of High Achievement’ (‘Burnout: El alto costo de los grandes logros’).
En 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo incluyó como un fenómeno ocupacional, aunque no estaba clasificado como una condición médica.
Fue a partir de enero de este año que pasó a calificarse como una “enfermedad”, tras la ratificación de la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11).
El Síndrome de Desgaste Profesional o burnout, de acuerdo con la CIE-11, es el “resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito”. Y se caracteriza por tres dimensiones:
1) Sentimientos de falta de energía o agotamiento.
2) Aumento de la distancia mental con respecto al trabajo, o sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo.
3) Una sensación de ineficacia y falta de realización.
La espiral del agotamiento
Según se explica en la web del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de España, el síndrome es resultado de la “exposición a unas condiciones organizativas nocivas” por lo cual “supone un paso más en el reconocimiento de la importancia de los riesgos psicosociales de origen laboral”.
Un estudio de Gallup, presentado en 2018, mostró que las principales causas del burnout son el trato injusto en la oficina, cargas de trabajo inmanejables, falta de claridad en los roles, falta de comunicación y apoyo del gerente o superior, y una presión de tiempo irrazonable. Es decir, que el agotamiento suele no ser un problema individual, pues sus causas principales generalmente son parte de la cultura organizacional.
Las consecuencias, plantea la misma investigación de Gallup, son que los empleados agotados tienen un 63% más de probabilidades de tomar un día por enfermedad y 2,6 veces más probabilidades de estar buscando activamente un trabajo diferente. Si permanecen en la organización, por lo general, tienen un 13% menos de confianza en su desempeño y tienen la mitad de probabilidades de discutir cómo abordar las metas de performance con su gerente.
En resumen, afirma el reporte de Gallup, “el agotamiento de los empleados puede desencadenar una espiral descendente en el desempeño individual y organizacional”.
Más jóvenes y más agotados
La generación Z, o 'centennials', aglutina a los nacidos después de 1995 y antes de 2010. Son los primeros nativos digitales, su lenguaje es la inmediatez, se sienten cómodos con la diversidad, están preocupados por distintas causas sociales y priorizan los temas de bienestar y salud mental.
Pero también, los colaboradores más jóvenes reportan más estrés general y agotamiento relacionado con el trabajo que las generaciones mayores.
El Reporte Bienestar 2022: ¿Qué está pasando en el trabajo?, elaborado por Betterfly, da cuenta de que para quienes integran este grupo, el agotamiento es la principal emoción negativa que experimentan en su lugar de trabajo (60,5%), incluso por encima del porcentaje global, que fue de 54%.
El reporte elaborado por Betterfly aborda los temas de bienestar que son claves para los colaboradores iberoamericanos; a partir de un sondeo realizado en ocho países y considerando la mirada aportada por las distintas generaciones.
Se trata además de la generación que hace mayor énfasis en esta emoción, seguida de los Millennials (57,9%) y, más lejos, la Generación X (50,8%).
En detalle, la generación Z manifiesta “agotamiento” por encima de otras emociones negativas como sobrecarga de trabajo (47,5%), ganas de renunciar (45,6%) y falta de reconocimiento (44,3%).
En contrapartida, para la generación Z un tema clave en cuanto al bienestar dentro de la empresa en la que se desempeñan es el apoyo mental y emocional (69,1%).
Un círculo vicioso
Los avances tecnológicos en los que nació inmersa esta generación no solo cambiaron las formas de organización de las corporaciones, sino también las relaciones interpersonales que se producen en ellas.
Se han difuminado los límites entre el tiempo de ocio y el tiempo de trabajo y aunque los empleadores hayan aumentado el enfoque en la salud mental, los niveles de estrés y agotamiento siguen siendo altos en este grupo etario.
En línea con los resultados del Reporte de Betterfly, The Deloitte Global 2022 Gen Z and Millennial Survey presentó entre sus hallazgos que casi la mitad de los Gen Z (46%) están estresados toda o la mayor parte del tiempo. Además, casi la mitad de los encuestados dijo sentirse agotados debido a la presión de sus cargas de trabajo.
Dichos resultados no son disímiles a los presentados por Gallup en noviembre de 2022, que concluyó que el 68% de la Generación Z y los más jóvenes entre los millennials sienten estrés la mayor parte del tiempo.
Para Deloitte, los factores de estrés vienen dados por el costo de vida, el cambio climático, la desigualdad de riqueza, los conflictos geopolíticos y la actual pandemia de COVID-19. Pero el principal factor de preocupación se relaciona con los aspectos financieros. En ese sentido, 46% de los encuestados dijo vivir “al día”, esperando la fecha de cobro; y un 43% reconoció que ha debido asumir otro trabajo remunerado a tiempo parcial o completo, además de su trabajo principal.
La psicóloga Kim Hollingdale dijo a BBC que los trabajadores de la generación Z se sienten presionados a realizar trabajos adicionales, lo que, al mismo tiempo, puede aumentar las posibilidades de agotamiento.
Menos compromiso
Todo esto lleva, de acuerdo con el informe de Gallup, a que los integrantes de la generación Z estén menos “comprometidos” en el trabajo: 54% no están comprometidos, 31% sí lo está y un 15% está activamente desconectado de su organización. Adicionalmente, la mayoría de los trabajadores jóvenes no sienten una conexión cercana con sus compañeros de trabajo, gerente o empleador.
En ese informe, Gallup afirma que los colaboradores que experimentan agotamiento la mayor parte del tiempo tienen más probabilidades de dejar su trabajo, en la búsqueda de flexibilidad e independencia.
De acuerdo con el Reporte Bienestar 2022, elaborado por Betterfly, para la generación Z son dos los factores que más influyen al momento de cambiarse o de buscar un nuevo trabajo: el salario al que accederán (61,6%) y la posibilidad de crecer y desarrollarse profesionalmente (61,6%). Otro elemento al que le asignan gran peso son los beneficios laborales que les ofrecen (52,3%).
El mismo sondeo de Betterfly muestra que para quienes integran esta generación es importante que la empresa en la que se desempeñan mejore la propuesta de beneficios que actualmente entrega (72,3%). Al tiempo que se manifestaron muy en desacuerdo con respecto a que si les ofrecieran un trabajo similar con un salario un poco más alto en otra organización, no lo aceptarían (43,7%).
La respuesta
El reto entonces para los líderes empresariales es desempeñar un papel en el apoyo a una mejor salud mental en el trabajo y en la mitigación de las causas del estrés y el agotamiento. Establecer límites para proteger el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, crear entornos libres de estigma y empoderar a su gente para impulsar el cambio.
Para esta generación, de acuerdo con el sondeo de Betterfly, el bienestar consiste fundamentalmente en ser parte de un equipo de trabajo en donde haya buen clima laboral (64,3%), así como en sentirse feliz al momento de desarrollar su trabajo (62,1%).
Asimismo, entre todas las generaciones, los que pertenecen a la Z son quienes se encuentran más en línea con respecto a que si la empresa en la que se encuentran promoviera iniciativas altruistas como donaciones, actividades con ONG o fundaciones benéficas orientadas al apoyo de causas sociales, se sentirían identificados y movilizados a colaborar: 83,7%, según el sondeo de Betterfly.
Son tres cosas, de acuerdo con el informe de Gallup, que esperan de su trabajo quienes integran la generación Z: un empleador que se preocupe por su bienestar, que sus líderes sean éticos, y lugares de trabajo diversos e inclusivos. En resumen: dar suficiente retroalimentación para que los empleados sepan que están progresando, mientras establecen expectativas realistas sobre cuánto tiempo se necesita para avanzar.