El interés en la cultura organizacional se ha consolidado en los últimos 10 años. Más allá de ser un elemento distintivo de la compañía, tiene un enfoque claro e interesantes beneficios estratégicos y comerciales.
Debido a las ventajas que brinda en términos de retención de talento, proyección de una imagen corporativa positiva y mayor productividad operativa, el análisis de US Business Roundtable recomienda que, la cultura debe ser una prioridad estratégica, junto al propósito y los planes críticos del negocio.
Y es que la cultura, el propósito y las estrategias se dimensionan en torno a las necesidades de las personas, incluyendo tanto colaboradores como el entorno. De esta manera, permiten construir compañías donde su activo más importante, los trabajadores, estén satisfechos y así promuevan un buen servicio a la comunidad (los consumidores).
Te invitamos a seguir leyendo para entender este vínculo entre la cultura, el propósito y la estrategia de negocio, así como sus impactos en términos de eficiencia y productividad.
Cultura, propósito y estrategia: la triada corporativa perfecta
Hay que pensar en el propósito, la estrategia y la cultura como un triángulo: cada ángulo se conecta y da forma a los otros dos, y si uno cambia, los otros dos deben evolucionar y ajustarse para mantener el equilibrio y la forma, o el triángulo se rompe y se desmorona. .
Aunque para algunos resulten similares, estos conceptos tienen diferencias notorias, además de un impacto particular en el éxito de tu organización.
La cultura se basa en los valores, principios y objetivos que configuran la motivación de los miembros del equipo y define el papel de cada elemento en los procesos de la organización.
El propósito tiene una connotación interna, relacionado con lo que se desea alcanzar como organización:
- Tus metas
- Tu misión
- Necesidad que satisface
- A quiénes
Y las estrategias son el conjunto de planes comerciales, financieros, operativos y sociales necesarios para lograr tu propósito. El objetivo es alcanzar un equilibrio. Pero, en lugar de partir desde el propósito, se trata de centrarse en la cultura como elemento que alinea el propósito y las estrategias en una misma dirección.
Durante mucho tiempo, las compañías se centraron en la estrategia mucho más que en el propósito y la cultura. Esto fue un error. En un mundo que ahora es particularmente volátil, incierto y complejo, elaborar y seguir una estrategia vertical y lineal es bastante inútil.
5 pasos para reforzar el propósito y la estrategia de tu organización
Establecer un propósito claro es fundamental para alcanzar el éxito. Sin embargo, la clave radica en adoptar la cultura correcta. Esto significa conocer a las partes interesadas, incluirlas en la planificación y diseñar estrategias detalladas y precisas. El cambio en tu organización puede comenzar con estos pasos:
1. Establece una cultura centrada en tu equipo de trabajo
El propósito de las organizaciones está centrado en satisfacer necesidades dentro y fuera de ellas. La forma como determinas prioridades y alcanzas tus objetivos, determina tu éxito.
Los modelos de gestión centrados en tu equipo reportan los mejores beneficios. Entonces, debes comenzar el cambio desde el interior asegurando atención, bienestar y respeto a tus colaboradores. Así, desde su propia realización y motivación personal, serán los encargados de que todo ocurra de la mejor manera posible.
2. Comparte con tu equipo las necesidades de las partes interesadas
Más que un proceso de comunicación, se trata de reconocer y sensibilizar al equipo de trabajo sobre la importancia de los stakeholders. Es decir, cada parte involucrada con la organización (clientes, accionistas, líderes, comunidad, competidores) e identificar sus intereses. La compañía debe orientarse hacia un modelo de atención empático, colaborador y centrado en todos sus miembros.
3. Incluye a tu equipo en los procesos de planificación organizacional
No basta con conocer las necesidades. También es necesario validar que los planes previstos correspondan al enfoque de las partes interesadas. Para esto, es indispensable incluirlas en las diferentes fases de la planeación y con esto se minimizan las omisiones o errores de interpretación.
4. Ejecuta las acciones que has planificado
Aunque parece simple y obvio, este paso es quizá uno de los más complicados. Si no somos capaces de ejecutar lo previsto, el equipo considerará su esfuerzo como en vano. Pero lo más grave es que se verán disminuidas la confianza y la motivación para participar en nuevos procesos.
5. No tengas miedo a los cambios
Las organizaciones están conformadas por personas que hay que atender, satisfacer y responder a sus necesidades individuales y colectivas. Por lo tanto, es indispensable tomar en consideración los cambios en el entorno.
Esto no significa improvisar, sino adaptarse a los retos con soluciones innovadoras. Después de todo, siempre resultará posible, práctico y conveniente adaptar las estrategias y los propósitos a las personas.
3 casos exitosos del impacto de la cultura en la organización
¿Qué tienen en común empresas exitosas como Microsoft, Netflix, Best Buy y muchas otras? La cultura ha sido el suelo fértil que ha permitido que tanto su propósito como su estrategia cobren vida e impulsen un rendimiento extraordinario a escala.
Los datos sobre el impacto de la cultura en la estrategia y propósito de las organizaciones son mucho más que palabras de motivación. El éxito es una consecuencia evidente de la combinación de estos tres elementos. Veamos cómo se alcanzaron los objetivos en estos interesantes casos:
1. Microsoft
Pasaron de centrarse en «colocar una computadora en cada escritorio», que ya no atendía a una necesidad fundamental, y se enfocaron en «capacitar a todas las personas y organizaciones del planeta para lograr más». Este proceso basado en una cultura abierta y colaborativa brindó una perspectiva de crecimiento con mucho por alcanzar.
2. BHP
El gigante australiano cambió drásticamente su estrategia para incorporar valor agregado en sus operaciones. Inicialmente centrados en «crear ganancias para los accionistas», adoptaron una declaración de propósito dedicada a «unir personas y recursos para construir un mundo mejor».
3. Woolworths
Esta enorme cadena de supermercados tuvo varios ensayos antes de encontrar la declaración de propósito correcta para ellos. Primero dirigieron sus esfuerzos a «agregar calidad de vida a nuestros clientes» y, en un segundo intento, se centraron en «la rentabilidad de los accionistas…».
Pero finalmente publicaron se inclinaron por: «Crear mejores experiencias juntos para un mañana mejor». En ella, la cultura y la consideración de los stakeholders son la base de su planificación estratégica y comercial.
Conclusión
La forma como entendíamos antiguamente el propósito centrado en metas numéricas, accionistas o políticas poco flexibles ya caducó. Se deben asumir los cambios en los actores dándoles la misma o más importancia que los factores de interés comercial, financiero o político.
En definitiva, el papel de la cultura para reforzar la estrategia y el propósito de la organización gira en torno a:
- Identificar las necesidades de todos los grupos de interés (stakeholders).
- Consolidar una cultura enfocada en las personas.
- Responder a los cambios globales y no restarse.
- Fomentar el sentido de pertenencia.
- Obtener beneficios colectivos e individuales sin excepciones.
Lo que los equipos necesitan es un marco que los guíe para ser efectivos y llenos de energía cuando invariablemente sucede lo inesperado. De esta forma, no solo se augura el éxito a la organización, sino también la realización de los miembros del equipo y una mejor calidad de vida para los involucrados.
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