“La gran renuncia se acerca”, vaticinó en mayo de 2021 el académico estadounidense Anthony Klotz al ser entrevistado por Bloomberg. El investigador se refería a que en Estados Unidos millones de trabajadores estaban dejando sus empleos a un ritmo récord. Al final, datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país dieron cuenta de que ese año 47,4 millones de colaboradores renunciaron voluntariamente a sus trabajos.
Klotz, actualmente profesor de la Escuela de Negocios de la University College London, acuñó entonces el término “the great resignation” o “big quit”.
“Lo que está impulsando ‘la gran renuncia’ es bastante sencillo: la pandemia ha hecho que muchos se den cuenta de que su trabajo no contribuye lo suficiente (o no contribuye en absoluto) a su búsqueda de la felicidad y de significado, y han decidido invertir su energía en otra parte. En nuevos trabajos, nuevas carreras o en otros aspectos de sus vidas (por ejemplo: familia, viajes, proyectos creativos)”, profundizó Klotz en un artículo publicado por NBC News en mayo de 2021.
Se trata de un fenómeno que no cesa y que se ha expandido más allá de América del Norte. La Encuesta Mundial de Esperanzas y Temores de la Fuerza Laboral de la consultora PwC (hecha en marzo de 2022 a más de 52 mil trabajadores en 44 países), encontró que uno de cada cinco trabajadores planeaba dejar su trabajo en 2022; y que el salario era el factor principal para tomar esa decisión.
Salario: el factor que más influye al momento de buscar empleo
Al momento de retener empleados, el dinero es un factor crucial. En especial, cuando los salarios reales de los colaboradores retroceden mientras la inflación avanza.
El Reporte Bienestar 2022: ¿Qué está pasando en el trabajo?, elaborado por Betterfly –que aborda temas de bienestar que son claves para los colaboradores; a partir de un sondeo realizado en ocho países y considerando la mirada aportada por las distintas generaciones– mostró que los trabajadores, de todas las edades, están en desacuerdo con la siguiente afirmación: “Si me ofrecieran un trabajo similar con un salario un poco más alto en otra organización, no lo aceptaría”, en especial 45% de los millennials dijo estar para nada de acuerdo.
Y es que el principal factor al momento de cambiarse o buscar un nuevo trabajo es la remuneración. Desde todas las generaciones dan prioridad al pago como uno de los elementos que más influye al momento de cambiar de empleo, y son quienes integran la generación X (87%) y los millennials (85,6%) quienes les asignan mayor relevancia.
Asimismo, 83,5% de la generación Z y 83,4% de los boomers consideran que influye demasiado. Solo la generación Z le asigna la segunda posición en relevancia al salario como factor de influencia, por una diferencia de pocas décimas; ya que ubican en primera posición la posibilidad de crecer y desarrollarse profesionalmente, con 83,7%; todas cifras arrojadas por el Reporte Bienestar 2022.
Entre todas las generaciones son los integrantes del grupo millennials quienes dan más importancia al salario
La agencia de contratación del Reino Unido Reed.co.uk señala que un salario es competitivo cuando lo que se ofrece es igual (o superior) al promedio de la industria para puestos similares, en la misma área geográfica. Esta, aseguran, es una de las mejores formas de atraer y retener talento.
La plataforma estadounidense de búsqueda de empleo Indeed es aún más específica al momento de definir un salario competitivo. “Para los expertos en Recursos Humanos, un salario competitivo significa ofrecer un diez por ciento (por encima o por debajo) del promedio del mercado para un trabajo”.
En esta misma línea, según el Reporte Bienestar 2022, cuando se le solicitó a los colaboradores que ordenaran los tres principales atributos al momento de aceptar su último trabajo; ahora sí desde todas las generaciones ubicaron la remuneración a alcanzar en la primera posición. Siendo los millennials quienes le dieron más importancia (30,5%), incluso un poco por encima del resultado global (29%) de la muestra.
En detalle, los millennials, después del salario, otorgan más peso a contar con horarios de trabajo flexibles (15,7%) y a la posibilidad de crecer y desarrollarse profesionalmente (14,9%). Resultados similares a los aportados por la generación X, quienes consideran como los elementos más importantes al momento de aceptar un nuevo trabajo el salario (28,5%), la flexibilidad horaria (14%) y el desarrollo profesional (13,3%).
Los boomers si bien otorgan un peso fundamental al salario en esta pregunta (26,7%); como segundo y tercer elemento escogen otras alternativas: el desarrollo profesional (15,5%) y la posibilidad de conjugar la vida personal con la profesional (10,5%). Mientras que para la generación Z su top de prioridades fue el siguiente: el salario a acceder (25,3%); la posibilidad de crecer profesionalmente (22,4%) y la flexibilidad horaria (16,8%).
Cuando el salario no lo es todo
Pero no basta solo con dinero. Para Indeed, ser competitivo también se trata de ser diferente, con lo cual también habría que incluir beneficios y bonificaciones que quienes están en búsqueda de empleo valoren, como por ejemplo trabajo flexible, la licencia familiar pagada y planes de desarrollo profesional. Subrayan que esto es importante porque a la larga, esa señal de la organización puede traducirse en mayor productividad y compromiso del colaborador. Además, de los costos que implica contratar y capacitar a nuevos miembros del equipo, cuando alguien renuncia en búsqueda de una mejor remuneración y más beneficios.
Desde Indeed advierten que “las empresas que no ofrecen salarios competitivos corren el riesgo de una disminución en el desempeño general de los empleados”.
Un artículo publicado por Gallup en noviembre de 2022 y titulado “Your employees want higher pay, but money won't fix your problems” plantea que las conversaciones sobre salario “pueden ser (y a menudo son) sobre otra cosa”.
Advierten que cuando los colaboradores piden un salario más alto, lo que a menudo quieren decir es: “Si espera que trabaje a estas horas”, “si espera que trabaje junto a esta gente” o “si espera que cumpla con estos objetivos de rendimiento… necesitaré mucho más dinero que esto”.
Cuando se analizan los factores de “la gran renuncia” los especialistas notan “un mayor deseo de flexibilidad, tras haber experimentado las ventajas del teletrabajo; la necesidad de conciliar la vida profesional y la personal; y también la percepción de que el actual modelo económico ya no proporciona las condiciones de seguridad y posibilidades de ascenso de otros tiempos”, cita el diario La Vanguardia, en una nota publicada en octubre de 2022.
“Lo más importante es recuperar el vínculo. Más allá de la seguridad o la posibilidad de hacer una carrera profesional en el seno de una empresa, muchos trabajadores demandan formas de trabajo más ágiles, fruto de la transformación digital, y esperan una gratificación adicional en salario emocional”, dice a La Vanguardia Elena Rodríguez, directora de Opinno Madrid, que es una de las organizaciones responsables del estudio “La gran renuncia: claves para atraer, retener y ganar la batalla del talento”.
Que “la gran renuncia” quede en el pasado
Es así como hay otros factores clave que los trabajadores consideran más importantes al decidir si aceptan o no un trabajo en una organización diferente; y que también fueron nombrados como prioridad en el Reporte Bienestar 2022, elaborado por Betterfly, como lo son la flexibilidad horaria, la posibilidad de crecer y desarrollarse profesionalmente, y la posibilidad de conciliar la vida personal con la profesional.
Además, entre todas las generaciones hay coincidencia en que les gustaría que la organización en la que se desempeñan mejorase la oferta de beneficios que actualmente entregan. En esto estuvieron de acuerdo la generación X (80,1%), los boomers (79,1%), los millennials (75,6%) y la generación Z (72,3%).
Finalmente, los colaboradores que sienten que su salario e incentivos son justos, que consideran que sus gerentes los motivan al logro individual y que tienen mayor libertad para organizar su tiempo estarán más satisfechos con su salario y más comprometidos. Solo así “la gran renuncia” será cosa del pasado.